UN NARIGÓN ENTRE ÑATOS
Primero que nada... ¿Qué diantres hace Max King Comics! en un evento de manga, animé y cultura ponja cito en un colegio japonés?
Sí, sí, los comiqueros, los del clásico y nunca bien ponderado "ghetto comiquero", que aman a los superhéroes, desconfían de la historieta europea y desprecian al manga hablan pestes, no ya del manga y el animé en sí, sino de TODA la cultura "otaku".
Es más, el propio Max fue un tiempo parte de ese selecto grupo de imbéciles prejuiciosos y, mayormente, hipócritas. Lo decimos sin miedo y con pruebas: nuestro benemérito editor irresponsable y master of the universe de este blog creció viendo en la tele animés como Astroboy (Tetsuwan Atomu - 1963/1966), Mazinger Z (Majinga zetto - 1972/1974), Meteoro (Mahha Go Go Go - 1967/1968) y Robotech (Cho Jiku Yosai Makurosu/Chojiku Kidan Sazan Kurosu/Kiko Soseiki Mosupida 1982/1984), antes de que la cultura otaku se asentara como tal en los '90. Y aún así se dejó llenar la cabeza, el muy tunante.
Como sea, lo cierto es que, pese al claro desprecio del ghetto, los otakus no son tan cerrados. La cultura japonesa está llena de diversidad y hay mucha aceptación de la diferencia. Por supuesto, hay otakus con estrechez de mente, pero tarados con cerebros chiquititos hay en todos lados, si no miren nuestra televisión vernácula, que tiene la mayor densidad de estrechos por metro cuadrado de nuestro país. ¿No?
Max King Comics! estuvo en AfterFriends, en el espacio de historieta independiente, o Zona Fanzine, como el propio Max bautizó al sector. Y no fue el único fana de los superhéroes. También estuvieron ahí Jorge Luis Vilá, creador de Galaxer (y obvio hincha de Alex "Space Ghost" Toth), y los muchachos de MUFLóN Producciones, creadores de la flamante U.F.A. (Unión de Fantásticos Argentinos). Curioso... ningún editor independiente de la llamada "historieta de autor" hizo acto de presencia. Y luego nos dicen cerrados a los hinchas de los superhéroes.
EL STAND Y EL LUGAR
Nada puede uno decir que no se diga de cualquier evento al que, sin abonar cargo alguno por el espacio brindado, uno asista en calidad de expositor: un sitio alejado, en el primer piso, subiendo una escalera que está al fondo, más allá de diversos obstáculos y atractivos capaces de filtrar a muchos de los asistentes que probablemente no hayan siquiera visto lo que había al final del camino. Las quejas son una caradurez, claro. No faltó gente en la Zona Fanzine. Aunque estábamos en el primer piso, había algo en el segundo que hacía que mucha gente nos viera, al menos camino de eso que había más arriba. Circulación de gente es algo que no se desprecia, por más que no sea la aglomeración de las mesas de venta de pines y merchandishing del primer hall, el escenario del patio, las bateas de venta de mangas del segundo hall o el buffete con venta de comidas y bebidas japonesas (cuyos precios hacían que las empanadas y el vaso de gaseosa fueran una verdadera ganga) redujera las cantidades de gente circulando.
Sí, entiendo que suena quejoso, pero no es la intención. El espacio era muy bueno y, como en ningún otro evento al que hayamos ido, la iluminación era excelente. Con ventanales grandes, incluso algunos tuvieron que usar sus telas para tapar un poco el sol que entraba a la tarde, tras disiparse las nubes que habían quedado de la tormenta del día anterior. Un espacio iluminado, aireado y hasta con un ventilador de techo. Una maravilla.
Es más, siendo un colegio, los pupitres de las aulas se usaron para los "Stands", y Max no tuvo que cargar con su mesa mágica. Y merced a la tela que nuestro benemérito compró hace algunos años en Rosario, dos pupitres lograron el efecto y, como se puede ver aquí abajo, el stand no distó mucho del habitual.
En un año que no fue como Max esperaba, el autor se dio un pequeño gusto: colocó este cartel sobre el del nuevo logo que ahora adorna el stand en cada evento, celebrando los diez años en el medio.
Tras tantos años de batallar, desde el fanzine y desde cada sitio en el que logró meter su trabajo (Portalcomic, el periódico de la Cámara de Farmacias, la revista Sátrapas Baradero), había que encontrar al menos un espacio para descorchar y hacer chin-chin por los diez años del Fanzine de Superhéroes más cómico del país.
Fue un buen evento, al fin y al cabo. Max no esperaba vender nada (era un día solo) y vendió tres ejemplares, se reencontró con un compañero de primaria (que ahora también está en el gremio de los superhéroes), charló con gente que, aunque lea historietas con letras kanji en lugar de romanas, está en la misma: son dibujantes, historietistas, mangakas, sin distinciones estilísticas. Porque si algo aprendimos todos en estos últimos años es que los cerrados, los necios, no eran los otakus, sino nosotros.
Mariano Trigueño
Secretario de Redacción
Max King Comics!
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1 comentario:
Max, ahí le dejé mi voto en la encuesta (no se puede votar más de una vez?)
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